
Carlos Gaviria Díaz, histórico dirigente de la izquierda democrática colombiana, advertía en 2011 que Gustavo Petro es un político que “ha hecho demasiadas concesiones a la política tradicional”. En su paso por el Polo Democrático Alternativo Petro maltrató y estigmatizó a Carlos Gaviria por no alcahuetear sus jugaditas y prácticas politiqueras. Dentro de estas vale la pena resaltar su vergonzoso y clientelista apoyo al exprocurador Alejandro Ordóñez a cambio de puestos en la Procuraduría. En el Polo buscó aliarse con sectores como el de Samuel Moreno para fracturar la unidad del partido y atacar a Carlos Gaviria, siempre a la espalda de sus copartidarios. Primero intentó llevar al Polo con César Gaviria y el Partido Liberal, “un sector del uribismo” y Vargas Lleras.
Luego lo hizo con Juan Manuel Santos, el presidente que puso Uribe y el establecimiento colombiano. Como el Polo no secundó su movida y no lo ungió como presidente del partido, dio un portazo y se fue a desarrollar el acuerdo al que había llegado con Santos. Pero le quedó gustando votar por Santos, pues en 2014 lo respaldó junto con Vargas Lleras desde la misma primera vuelta, a ese mismo que antes tildaba de mafioso, clientelista, oligarca, al que se le decía “no pasará”, le dijo “siga doctor”.
En su versión más contemporánea, y con más apetito de poder, se le ha visto acercarse y apoyar a una pléyade de cacicazgos regionales como al gobernador de Córdoba Orlando Benitez, el gobernador de Chocó Ariel Palacios, Adelina Covo antigua apoderada del condenado Manolo Duque, políticos que han orbitado cerca al paramilitarismo como Fredys Socarrás, Sandra Salazar Martínez, hija de Emilio Martínez excongresista inhabilitado de por vida por malos manejos de recursos públicos y acusado de vínculos con paramilitares, algunos condenados por corrupción como el exalcalde de Barranquilla, Bernando Hoyos, Freddy Chajin y Lázaro Calderón en el César.
Más recientemente se le ha visto codo a codo con confesos políticos tradicionales como Roy Barreras, Armando Benedetti, Alfredo Saade, Carlos Caicedo, Daniel Quintero y últimamente Luis Pérez, famoso por su papel en la operación Orión y sus nexos con el paramilitarismo, por tener un largo historial de alianzas politiqueras y por llevar a sus espaldas varias acusaciones de corrupción.