Entre el 5 y 6 de diciembre de 1928, el ejército colombiano, asesinó a mujeres, hombres y niños en Ciénaga, Magdalena. Este hecho, que pasó a la historia como la Masacre de las Bananeras, se llevo a cabo para proteger los intereses de la multinacional United Fruit Company. 93 años después, en Colombia sigue primando el interés de las multinacionales y miles de colombianos siguen muriendo por exigir sus derechos.

En su momento los trabajadores de la multinacional del banano exigían cosas tan básicas como un contrato colectivo de trabajo, jornada de ocho horas, descanso dominical, aumento de los salarios y no al pago con vales o en especie. Ante el tajante rechazo de la empresa extranjera, estalló la huelga de sus más de veinte mil trabajadores, respondida por el gobierno conservador de Miguel Abadía Méndez con el estado de sitio y la orden para que la huelga fuera finalizada a toda costa.

La orden tuvo como resultado la muerte de cientos o quizá miles de colombianos asesinados; la cifra total de muertos es desconocida porque el control de la información estuvo en manos de los militares. Sin embargo, la prensa registró 100 muertos, el embajador norteamericano de la época admitió que la cifra podía llegar a 1000 personas asesinadas, el dirigente Sindical Alberto Castrillón aseguró que la cifra ascendía a 5000 muertos.

A casi 100 años de ocurrida la masacre, en Colombia siguen primando los intereses de las multinacionales sobre el interés nacional, prueba de ello es la feria que se hace de nuestros páramos y la entrega de nuestras montañas a las mineras transnacionales y en general los megaproyectos mineroenergéticos, que han contado con el rechazo general de la población. Disputas que ponen en punto de mira a los lideres medioambientales que se caracterizan por la defensa de sus territorios. Según Indepaz, la cifra de lideres ambientales amenazados en el 2020 fue de 611, 65 de ellos fueron asesinados.